jueves, 29 de marzo de 2012

Hachazo a los empleados públicos en los Presupuestos

 
 
SALAMANCA24HORAS ha tenido acceso de fuentes del Congreso de los Diputados a un borrador de trabajo de las medidas que el Gobierno prevé incluir en la Ley de Presupuestos Generales del Estado para el presente ejercicio, y que se prevé aprobar este viernes, aunque el presidente Rajoy asegura desde Seúl que no se rebajará el sueldo a los funcionarios. La conversión de los trienios en quinquenios, limitación del complementos específico, limitación de las cuantías de productividad y reducción a tres días de los asuntos propios, algunas de las medidas que se barajan. El ministro ha citado al sindicato de los funcionarios para este miércoles


El Proyecto de Ley de Presupuestos, según confirman fuentes del Congreso de los Diputados, se presentará este viernes. De hecho, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha citado al sindicato mayoritario entre los funcionarios, CSI-F, a una reunión para este miércoles. Tras el correspondiente trámite Parlamentario obligatorio (Congreso y Senado), la Ley sería aprobada, más o menos, a finales de mayo de 2012 para entrar en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
 
En dichos Presupuestos, al menos en el borrador que maneja el Gobierno, con el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, como principal valedor, se incluirían medidas de un gran calado, sin precedentes aseguran a este diario diversas fuentes consultadas, en la Administración Pública y sobre todo en el cuerpo de funcionarios y personal laboral.

No obstante, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, actualmente en Seúl con motivo de la Cumbre de Seguridad Nuclear, ha descartado la posibilidad de subir el IVA y bajar el sueldo a los funcionarios en los Presupuestos Generales del Estado para "no afectar al consumo". "No queremos tocar todo aquello que afecte al consumo", ha dicho Rajoy, recordando que sólo las pensiones subirán en los Presupuestos por una razón "de justicia" y porque congelarlas o bajarlas también afectaría al consumo.
 
Estas medidas incluidas en el borrador, a grosso modo, son las que siguen, entre otras varias que se recogerán los Presupuestos, y de obligado cumplimiento por todas las administraciones.
 
1. Anulación o prohibición total de las ofertas de Empleo Público.
 
2. Anulación de los ‘procesos de consolidación’ de Empleo Público en curso.
Actualmente ya está prohibido convocar nuevos procesos de Consolidación, permitiéndose actualmente únicamente los que ya estaban incluidos en Ofertas de Empleo Público anteriores.
 
3. Anulación de la ‘Carrera Profesional’ en aquellos ámbitos de la Administración Pública en los que esté implantada.
Esto, explican a este diario, supondría la pérdida inmediata de las cuantías que ya estuvieran reconocidas y cobrándose por dicha ‘carrera profesional’.
 
4. Conversión de los trienios en quinquenios.
Como ejemplo sirva decir que un trabajador que tenga 15 años de antigüedad, en este momento tendría 5 trienios, pero con esta medida se convierten en 3 quinquenios. Así, se ofrece el ejemplo de Personal Laboral V Convenio Único de la Xunta de Galicia. Para un trabajador con 15 años antigüedad:
Actualmente: 5 trienios: 5 x 28,53 €/mes: 142,65 x 14 pagas: 1.997,10
Con quinquenios: 3 x 28,53 €/mes: 85,59 x 14 pagas: 1.198,26
Pérdida económica anual: 798,84 €
 
5. Limitación del Complemento Específico a un máximo de 1/3 del Complemento de Destino.
Esto supone una grave pérdida económica a todos los funcionarios de todas las Administraciones, sobre roto a las Autonómicas y Locales (que suelen tener complementos específicos más altos que la AGE).
 
6. Limitación de las cuantías de ‘productividad’ a un máximo de 1/5 del salario. No es claro aún si será del Salario Base o de las Retribuciones Básicas.
En los Organismo y Administraciones en las que se cobran estas productividades pueden suponer un grave recorte económico para los trabajadores.
 
7. Supresión de puestos con ‘duplicidades’.
No está claro, todavía, informan, a que se refiere esta medida, si bien “podría ser que se supriman los puestos de todos los trabajadores laborales cuyas funciones coincidan con las atribuidas a Cuerpos de Funcionarios”. Esto puede suponer el despido de miles de trabajadores laborales en todas las Administraciones Públicas. De ahí viene la cada vez más firme información del Gobierno de que aumentará el paro a lo largo de este año…
 
8. Finalmente, los días de asuntos propios se reducen a un total de 3 días.
 
Fuente de la información: 
http://www.salamanca24horas.com/local/64511-el-gobierno-estudia-un-hachazo-a-los-empleados-publicos-en-los-presupuestos

lunes, 26 de marzo de 2012

Iñaki Gabilondo dió en la diana





En el siguiente vídeo de duración muy breve les expongo como, después de las represalias de este gobierno, siguen quedando periodistas de la talla de Iñaki Gabilondo que se atreven a decir lo que muchos piensan pero muy pocos se atreven. Que esto, el mundo en el que vivimos actualmente, es una dictadura, señores. No se engañen porque crean que pueden vestirse como quieren, comprar lo que quieran, andar por donde les plazca.... eso no es libertad! LIBERTAD es vivir en un país donde no estén constantemente robando derechos y libertades del ser humano y no interfieran en la formación de tu personalidad para que en un futuro seas un producto/consumidor rentable y nada más. Para el que no lo sepa, en el artículo 21 de la Carta de los Derechos Humanos dice que la base del poder político reside en la voluntad del pueblo. Y es de recordad que esto es una Declaración Universal. ¿Ustedes ven que esto se cumpla? Y como este ejemplo, miles. El pueblo ya no decide en nada; bueno sí, en que ponen en la tele, si una canción triunfa o no, la moda..... 
Sin otro particular les dejo con el vídeo. Atentamente, J.C.G.







sábado, 17 de marzo de 2012

Por qué los medios de comunicación adoran la violencia de los manifestantes, pero no la de los bancos

(Nota del editor). El siguiente artículo está recogido de la página web de TomDispatch. La primera parte se trata de los comentarios del editor (Tom) al post enviado por una colaboradora habitual del medio (Rebbeca Solnit). La segunda parte es el post enviado por esta última.
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En diciembre de 2001 murieron 110 de los 112 celebrantes de una boda gracias a un bombardero B-52 y dos B-1B que utilizaban armamento de precisión para, en esencia, barrer una aldea del este de Afganistán (y luego, en una segunda incursión, para llevarse por delante a los afganos que excavaban en los escombros). Aquí el incidente no llamó la atención de casi nadie. Al fin y al cabo, no se trataba de violencia «estadounidense», sino de un lamentable error. A nadie se le ocurrió proponer que la invasión de Afganistán debería cancelarse por ello, ni tampoco quedó desacreditada por aquella matanza masiva.
Había sido un error. Igual que lo fueron aquellas otras bodas arrasadas por la fuerza aérea estadounidense en Iraq y Afganistán en los años posteriores. Como también los fueron los funerales y ritos de bautismo hechos pedazos en los años siguientes. Como lo han sido, más recientemente, los más de 60 niños a los que mataron los ataques de los aviones no tripulados de la CIA en los territorios fronterizos paquistaníes, en los funerales a los que alcanzaron esos mismos aviones no tripulados y en los ataques de menor relieve documentados hace poco -como el de diciembre de 2001- contra rescatadores que trataban de sacar a heridos de entre los escombros.
Nada de esto, por supuesto, recibe aquí atención significativa. Pese a las súplicas del presidente afgano Hamid Karzai, pocos proponen cancelar las operaciones aéreas de Estados Unidos y de la OTAN en aquel país por la violencia contra civiles. Hay pocos gritos de espanto por los ocho pastores afganos, todos ellos adolescentes y uno seguramente de nada mas que seis años de edad, a quienes asesinó un ataque aéreo de la OTAN en la provincia de Kapisa el otro día. No se publica en ninguna editorial importante, ni ningún reportaje de primera página en donde se pida que Estados Unidos y sus aliados corrijan sus violentos modos de actuación o cambien de política por todo esto que ocasionan. Sin duda, no es popular sugerir que esos actos desacreditarían la política exterior estadounidense.
Sin embargo, como señala Rebecca Solnit, colaboradora habitual de TomDispatch, la «violencia» ocurrida en nuestro país en torno al movimiento Occupy -estamos hablando de unas cuantas agresiones sexuales en campamentos de Occupy, un suicidio, consumo de drogas y una reducida dosis de daños contra la propiedad, lanzamiento de botellas y cosas semejantes por parte de participantes atípicos en las manifestaciones de Occupy- ha bastado en algunos entornos para desacreditar el movimiento e, incluso, para que en algunos casos se les represente como una especie de pesadilla viviente. Esta violencia, por mínima que haya sido, ha desacreditado de inmediato a Occupy en el paisaje estadounidense.
Y todo, si se me permite decirlo, en una sociedad en la que en el año 2011 se cometieron 14.000 asesinatos, en la que fallecieron más de 30.000 personas en accidentes de tráfico o en el que un informe reciente del Pentágono indicaba que los delitos sexuales violentos en el ejército han aumentado un 64 por ciento desde el año 2006 (el 95 por ciento de ellos contra mujeres, aun cuando solo representen el 14 por ciento del personal militar). Y sin embargo, no se sabe cómo, ni las armas, ni los coches, ni el ejército de Estados Unidos quedan desacreditados por tanta violencia.
De hecho, sería asombroso imaginar que un movimiento cuyos campamentos en realidad acogieron, albergaron y alimentaron a quienes esta sociedad, en esencia, ha expulsado, carecería de problemas. En realidad, el movimiento Occupy debería haber silo aclamado por su lucha contra la violencia en todos los ámbitos de esta sociedad. Nada en el artículo de Solnit sorprende tanto como que las estadísticas que cita sobre sobre el goteo de violencia en Oakland, California, llamativamente pasado por alto en las semanas anteriores a que el propio movimiento Occupy Oakland recibiera un ataque violento de la policía de la ciudad.
Tom
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Locura, amor apasionado… y violencia: 
El movimiento Occupy pone rumbo a la primavera
Rebecca Solnit
Cuando alguien se enamora, solo ve lo que tiene en común con la otra persona y difícilmente se imagina que pueda haber diferencias, y menos aún disputas o lágrimas al respecto, o que esas disputas y lágrimas puedan ser motivo de separación; o, si todo va bien, se lucha, se aprende y se fortalece el vínculo gracias a ellas, en vez de a su pesar. El movimiento Occupy vivió su gloriosa luna de miel cuando jóvenes y viejos, radicales y liberales, acomodados y desesperados, sin techo y con vivienda, descubrieron todos que lo que tenían en común era tan contundente que las diferencias apenas parecían importar. Hasta que las descubrieron. Las revoluciones son siempre así: al principio, los hombres son hermanos y todo es posible y, luego, si se tiene suerte, la aventura de ese instante vertiginoso madura en una relación, en lugar de en una ruptura, un matrimonio violento o un asesinato suicida. Occupy tuvo su época dorada, cuando quienes jamás se habían imaginado vivir codo a codo con las personas sin hogar se los encontraron en tiendas de campaña contiguas en las plazas públicas.
Estaban presentes toda clase de fuerzas igualadoras, la más importante de las cuales fue la brutalidad policial que aporreó a los privilegiados como los chicos del centro de la ciudad están acostumbrados a que los aporreen siempre. Parte de lo que teníamos en común era aquello a lo que nos enfrentábamos: la economía actual y el principio de codicia insaciable que la ha hecho funcionar, así como la privatización emocional y económica que la acompaña.
Este es un sistema que daña a las personas, y su devastación ha estado exhibiéndose como nunca en los primeros meses del movimiento Occupy y de fenómenos afines, como la página web de «We are the 99%». Cuando se trataba de gente que se enfrentaba a un desahucio, o que había perdido su empleo, o que estaba retorciéndose por las avalanchas de deudas por gastos educativos o sanitarios, no les costó aceptarla como parte de nosotros, y no en calidad de ellos.
Y luego llegó la gente que había resultado mucho más dañada, los más frágiles desde el punto de vista psicológico, los marginados y las personas sin hogar; algunos de ellos infinitamente necesitados y con una inmensa capacidad para causar altercados. La gente que había acudido para enfrentarse al poder descubrió que estaba en la brecha para tratar de resolver problemas relacionados con los recursos de salud mental disponibles, mientras que otros que salieron a luchar porque querían vivir en una sociedad democrática a gran escala se encontraron tratando de solucionar problemas de saneamiento e higiene.
Y luego llegó lo de la violencia.
Las caras de la violencia
La violencia directa más importante a la que se tuvo que enfrentar Occupy fue, como es natural, la del Estado, en forma de policía empleando la máxima fuerza no letal contra acampados, madres con niños, peatones desarmados, mujeres jóvenes acorraladas, estudiantes de sentadas noviolentas, poetas, profesores, mujeres embarazadas, manifestantes en sillas de ruedas y octogenarios. Ha sido una campaña de brutalidad policial sostenida desde en Wall Street hasta en el estado de Washington, de una dureza jamás vista en 40 años.
Por parte de los activistas también hubo unos cuantos incidentes de violencia destacados en los centenares de campamentos, sobre todo de violencia contra las mujeres. Los medios de comunicación dominantes parecían creer que esto condenaba al movimiento Occupy, aunque convirtiera a los campamentos, en el peor de los casos, en algo absolutamente parecido al resto del planeta; un planeta que, por si no nos hemos dado cuenta, es un hervidero de violencia contra las mujeres. Pero fueron incidentes aislados.
Para este tipo de situaciones siempre está a mano ese antiguo verso del rapsoda Woody Guthrie: Some will rob you with a six-gun, some witha fountain pen [«Algunos te robarán con un revólver, otros con una estilográfica»]. La policía ha corrido detrás de los manifestantes con pelotas de goma, porras y gases lacrimógenos, ha mandado a unos cuantos al hospital y ha dejado a algo más que otros cuantos traumatizados y atemorizados. Esos son los del revólver.
Pero todo empezó con las estilográficas, acuchillando la vida de las personas con las economías nacional e internacional, con los mercados mundiales. Las estilográficas las esgrimían los bankdidos, los «calamares vampiros», los desreguladores de Washington D.C., los hombres -y, salvo raras excepciones, eran hombres- que desvalijaron el mundo.
Esa es la razón por la que se aglutinó el movimiento Occupy, para oponerse a la violencia más descomunal por su envergadura, a la menos evidente por su impacto. Nadie en Wall Street tuvo que mancharse nunca el traje llevando una orden de desalojo en persona. Los núcleos financieros ofrecían ese servicio gratuitamente a los bancos (con lo que ellos mismos empobrecían aún más a esas personas sacando de los viejos contribuyentes a los pobres que llevaban dentro). Y la policía apaleaba por ellos a sus adversarios una y otra vez, en todas partes, por todo Estados Unidos.
Los grandes ladrones no dejaron de inventar métodos aún más ingeniosos, entre los que se encontraban derivados bancarios troceados y triturados para machacar las esperanzas y los medios de vida de la mayoría. Esa es la espantosa violencia para enfrentarse a la cual se creó Occupy. No pierdan nunca de vista este detalle.
La hermosa no violencia de Oakland
Ahora que hemos terminado de recordar la violencia principal, hablemos de Occupy Oakland. Se ha montado mucho escándalo con dos incidentes en los que, sobre todo, gente joven vinculada a Occupy Oakland causó daños contra la propiedad y produjo ciertos disturbios.
Los medios de comunicación dominantes y algunos expertos remotos valoraban que los incidentes de la Bay Area determinaban el sentido y el futuro del fenómeno transnacional Occupy. Tal vez algunos esperaban incluso, de manera consciente o no, que insistir los bastante sobre el asunto dividiría o eliminaría el movimiento. Así que es importante recordar que, por asombroso que resulte, el impacto inicial de Occupy Oakland fue precisamente lo contrario de violento, hasta el extremo de que toda forma de violencia fue erradicada de forma expresa.
Occupy Oakland nació a principios del mes de octubre con forma de reunión vibrante y multirracial. Se levantó un campamento en la plaza Oscar Grant/Frank Ogawa y millares de personas recibieron alimentos y atención sanitaria muy necesaria de forma gratuita a manos de voluntarios muy bien organizados. La a veces denominada «Comuna de Oakland» provenía conscientemente de algunos de los elementos más exquisitos de un movimiento anterior nacido en Oakland, el de los Panteras Negras, cuyo programa de desayunos gratuitos tal vez se recuerde bien y admire más que su actitud machista.
Todas las noches se celebraba una Asamblea General convincente y generosa y luego, cada dos semanas, los participantes más dispares que se pudiera imaginar debatían sobre los asuntos más importantes de la Tierra. En una ocasión, por ejemplo, estuve en un grupo de discusión en el que había indios norteamericanos, blancos, latinos y otros miembros del movimiento Occupy, discapacitados y sin minusvalías, y en la que seguramente yo era el participante de mayor edad; en otra ocasión, un puñado de abuelitas pacifistas dominaba mi grupo.
Este país está segregado de tantas formas tan espantosas… y entonces no había semanas gloriosas en las que la sociedad civil pudiera despertar y enamorarse de sí misma. Todo el mundo se dejó ver por allí; todo el mundo hablaba con todo el mundo; y en pequeñas tomas, en instantes fugaces, las viejas divisiones dejaron de dividirnos y sentimos que nos podíamos imaginar a nosotros mismos como una sociedad. Ese era el sueño de la tierra prometida; es decir, de esta tierra sin sus amargas divisiones. Jamás supo tan dulce la miel, ni nunca sentó mejor el poder.
Ahora pasa algo asombroso. Mientras el campamento existió, la tasa de delitos de Oakland descendió un 19 por ciento, estadística que la ciudad se cuidó mucho de ocultar. «Quizá contradiga nuestras declaraciones que el movimiento Occupy está causando un impacto negativo en la criminalidad de Oakland», escribió el jefe de policía al alcalde en un correo electrónico que la emisora de radio local KTVU consiguió después e hizo público con muy poca fanfarria. Presten atención: el movimiento Occupy era una fuerza de no violencia tan poderosa que ya estaba resolviendo los problemas de violencia y delincuencia crónicos de Oakland simplemente dando a la gente esperanza, comida, solidaridad y conversación.
La policía que atacaba el campamento sabía lo que el resto no sabíamos: Occupy estaba acabando con la delincuencia, incluidos los delitos violentos, en esta ciudad descarnada y erizada de delitos. «Hay que darles esperanza», dijo hace mucho tiempo un cargo electo del otro lado de la bahía; un edil llamado Harvey Milk. Occupy fue la esperanza que nos dimos, el sueño que se hizo realidad. La ciudad hizo todo lo posible por erradicar esa esperanza de forma violenta a las 5 de la mañana del 25 de octubre. Los acampados fueron atacados; se les confiscaron las pertenencias y se tiraron a la basura. Luego, Occupy Oakland volvió a florecer. El día 2 de noviembre, muchos millares de manifestantes no violentos bloquearon el Puerto de Oakland en una asombrosa exhibición de poder popular.
Aquella noche, algunos chavales hicieron algún trabajo infantil de demolición, de ese con el que todo el mundo se poner auténticamente nervioso. (Llegaron incluso a pintar con aerosol «demolición» con letras gigantes en una tienda de Rite Aid.) Cuando hablamos de las personas que pintan con aerosol y rompen cristales y encienden hogueras en la calle y empujan a la gente y gritan y corretean por ahí convirtiendo una manifestación en algo mucho más parecido a un concierto de punk-rock de cuando yo era joven, recordemos una cosa: no han mandado a nadie al hospital, no han expulsado a ningún anciano de su hogar, no han sembrado desesperación y deudas entre la juventud, no han robado comida ni medicinas a los desfavorecidos, ni han destruido la economía global.
Dicho esto, siguen siendo un problema. Son el anzuelo que la policía muerde y con el que los medios de comunicación acuden al foro. Crean una situación que a un montón de nosotros no nos gusta y que saca de sus casillas a quienes, de otro modo, participarían o simpatizarían. Es decir, son increíblemente malos para un movimiento y representan una forma de segregación mediante intimidación.
Pero no confundamos a los manifestantes vandálicos con los calamares vampiros o los robocops acorazados que han venido detrás de nosotros a todas partes. Aunque sus medios sean profundamente defectuosos, sus fines no son tan diferentes de los nuestros. No hay ninguna duda de que deben mejorar sus tácticas o, acaso, tal vez actuar sencillamente de forma táctica, por no hablar de estratégica; y no cabe duda de otro buen montón de personas debería dejar de ser tan apocalíptico con este tema.
Quienes defienden la no violencia en Occupy deberían recordar que la no violencia es, en el mejor de los casos, un fabuloso espíritu de amor y generosidad, no un escuadrón de combate remilgado para hacer cumplir la ley. Al fin y al cabo, el reverendo Martin Luther King hijo, a quien se invoca continuamente cada vez que surgen estos temas, no iba por ahí despotricando contra Malcolm X, ni contra los Panteras Negras.
Violencia contra la verdad
Como es natural, mucha gente que reacciona ante estos incidentes de Oakland está reaccionando en realidad contra versiones ficticias de los mismos. En esos casos, se puede decir incluso que algunos periodistas cometían violencia contra la verdad de lo que sucedió en Oakland el 2 de noviembre y el 28 de enero.
The San Francisco Chronicle, por ejemplo, informaba del siguiente modo sobre los sucesos de la jornada: «Uno de los incidentes más violentos de los producidos el sábado por la noche sucedió ante las puertas de YMCA, entre las calles 23 y Broadway. La policía acorraló a los manifestantes en la puerta del edificio y varios de ellos irrumpieron en el local, al parecer huyendo de la policía, según dijeron las autoridades municipales y los manifestantes. Los manifestantes causaron daños en una puerta y en algunas instalaciones y atemorizaron a quienes hacían ejercicios en el gimnasio, según dijo Robert Wilkins, presidente de YMCA de East Bay.»
Al parecer, Wilkins no se encontraba en el edificio y el testimonio en primera persona refiere que un miembro del personal de YMCA dio la bienvenida a los manifestantes rodeados y apaleados y, una vez dentro, algunos estaban tan asustados que intentaron hacer funcionar aparatos deportivos para mezclarse con la gente del gimnasio.
Escribí lo siguiente a los periodistas que habían narrado el incidente de tan peculiar manera: «¿Qué tiene de violento que [unos activistas] huyan de la policía, que se dedica a detener a destajo con una conducta violenta? Hasta el cargo de YMCA que se queja al respecto añade: “los daños parecen ser mínimos”. ¿Y ustedes llaman a esto violencia? Es un despropósito».
La periodista que me respondió se disculpó por lo que calificó como «la pésima elección de un término» y dijo que la expresión pretendía transmitir también la violencia de la policía.
Cuando la policía se comporta con violencia contra los manifestantes, los periodistas suelen tratarla como si hubiera algún tipo de violencia imposible de atribuir e implicara tanto a los aporreados como a los de la porra. Por ejemplo, en la campaña de la Convención Nacional Republicana del año 2004 de la ciudad de Nueva York, los medios de comunicación dominantes no dejaron de presentar que el derecho de la gente a reunirse pacíficamente equivalía a un acto terrorista y describían todas las atrocidades que el gobierno o los propios medios de comunicación especulaban que nosotros querríamos cometer (pero nunca cometimos).
Parte de esto se basaba en la invención de la tremenda violencia de los activistas de Seattle en 1999, que The New York Times en particular se dedicó a propagar. Que la policía machacara a manifestantes no violentos y los derechos constitucionales quedaran bastante mal en Seattle y en Nueva York no les emocionaba tanto ni por asomo. No olvidemos que antes de que surgiera la obsesión con la violencia, el desprestigio de la gente de Occupy se centraba en la idea de que no se lavaban mucho, y antes aún el marco para marginar era que Occupy no tenía «ninguna reivindicación». Siempre hay algo. Recordemos también que el departamento de policía de Oakland está al borde de declararse en suspensión de pagos por no haber corregido problemas bien documentados de violencia, corrupción y mala gestión, y que fue el departamento de policía, y no los manifestantes de Occupy Oakland, quien empleó gases lacrimógenos, porras, botes de humo y pelotas de goma el 28 de enero. Es verdad que hubo un grupo reducido que cometió actos de vandalismo contra el ayuntamiento después de la considerable violencia policial, pero ese no era en modo alguno el plan al principio de la jornada. La acción del 28 de enero que se saldó con 400 detenciones y una conflagración en los medios de comunicación se llamaba Move-In Day. Había una pancarta confeccionada a mano a base de trozos de tela que proclamaba «Otra Oakland es posible» y un contingente de niños con banderines, globos y en sillitas infantiles. Occupy Oakland estaba tratando de apoderarse de un edificio abandonado para poder reorganizar la comunidad, los programas de alimentos y la clínica que había fundado el otoño pasado. Tal vez no estuviera bien planificado o no se ejecutara bien, pero era idealista. Pese a todo, muchas personas que no tenían contacto directo con Occupy Oakland arremetieron contra el movimiento de Oakland o, incluso, contra el movimiento Occupy en su conjunto. Ojala se hubiera vertido toda esa furia con tanta intensidad contra la causa primigenia de todo esto, la colosal violencia económica que nos rodea. Todo lo cual quiere decir que, para quien no se haya dado cuenta, la luna de miel se ha acabado. Ahora, a por el trabajo real
La luna de miel, claro está, es la época en la que se está tan enamorado que no se repara en las diferencias que finalmente habrá que limar de uno u otro modo. La mayoría de las relaciones comienzan como si se deslizara uno cuesta abajo. Luego viene la llanura, a la que siguen las colinas en las que habrá que esforzarse pedaleando si no se quiere abandonar la bicicleta sin más.
El movimiento Occupy podría ser solo el nombre que hemos puesto a una gran mar de fondo de descontento popular y a un renacer de la sociedad civil tan profundo y tan amplio que se ha convertido en un movimiento. Un movimiento es una ola del océano: es la marea que se desplaza desde El Cairo hasta Moscú y desde Atenas hasta Santiago de Chile y Chicago. Sin embargo, la marejada norteamericana de esta gran marea comporta una frágil alianza entre liberales y radicales, personas que quieren reformar el gobierno y defienden determinados privilegios, y gentes que quieren reformar el gobierno y buscan salidas del sistema. Si los radicales deben asustar lo menos posible a los liberales, sin duda los liberales tienen idéntica obligación de volverse más fieros y más dispuestos a enfrentarse a la situación… y de recordar que la no violencia, incluso en sus formas más puras, es tan solo todo lo contrario de ser amable.
No cabe duda de que la única respuesta posible a la agotadora cuestión de hacia dónde debería dirigirse el movimiento Occupy a partir de ahora (como si hubiera unos cuantos personajes visibles que fueran a decidirlo) es la siguiente: en todas partes me siguen preguntando qué debe hacer ahora Occupy, pero ya está haciendo algo. Está en todas partes.
En muchas ciudades, apartada del primer plano y de los focos, la gente sigue ocupando espacios públicos con tiendas de campaña y celebrando asambleas generales. El 20 de febrero, por ejemplo, fue día nacional de solidaridad de Occupy con los presos; los manifestantes de Occupy se están organizando en muchos frentes y están planificando actividades para el Primero de Mayo, y hay un montón de acciones defensivas contra los desahucios, desde en Nashville hasta en San Francisco, que han conseguido que los embargados conserven su casa y han hecho renegociar a los bancos. El activismo en los campus universitarios se ha fortalecido y se celebran debates creativos y acalorados sobre los costes académicos y la deuda de los estudiantes, pues se trata de una conversación más profunda sobre ética y economía que rechaza los conocimientos convencionales al respecto de lo que es justo y lo que es posible.
El movimiento Occupy es un catalizador o una faceta de la voluntad populista que se puede ver en infinidad de victorias recientes. La campaña contra la personhood corporate parece estar ganando impulso. Una campaña medioambiental popular llevada a cabo por el presidente Obama rechaza el oleoducto conocido como Keystone XL que se está tendiendo desde Canadá, a pesar de la inmensa presión republicana y empresarial. En respuesta al descontento generalizado, la Fundación Susan B. Komen dio marcha atrás en su decisión de retirar los fondos de la campaña de detección de cáncer en Planned Parenthood. Las campañas en la red han obligado a Apple a abordar sus malvadas cuestiones laborales, y la siempre heroica Coalition of Immokalee Workers metió en vereda por fin a Trader Joes con la cuestión de los salarios justos para la campaña de agricultores.
Estas ventajas auténticas han llegado gracias al ejercicio relativamente modesto del poder popular. Deberían servir de recordatorio de que sí tenemos poder y de que su ejercicio puede ser popular. A algunas de las estimulantes conversaciones del pasado otoño se les ha quebrado la voz, pero la gran conversación que supone una sociedad civil despierta y en pie no ha cesado.
Lo que suceda a partir de ahora depende de que la participación sea enérgica, incluida la suya, para pensar en voz alta y juntos quiénes somos, qué queremos y cómo llegamos allí, y luego actuemos en consecuencia. Acuda a ocupar las posibilidades y no deje de pedalear. Y recuerde: todo empezó con un amor loco y apasionado.
Rebeca Solnit, colaboradora habitual de TomDispatch es autora de (unos) 13 libros, entre los que se encuentran A Paradise Built in Hell: The Extraordinary Communities that Arise in Disaster y Hope in the Dark. Vive y ocupa desde San Francisco.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Huelga General 29 - M



Decía mi abuelo, y seguramente el tuyo, que de lo que te cuenten no te creas nada y de lo que veas, créete solo la mitad. De esta forma nunca errarás.
Hace tiempo que Rajoy no me engaña, pues mucho antes de llegar a la presidencia de “vuestro Gobierno” yo advertía de la carga genética traicionera que lleva en sus entrañas. Todo esto potenciado con su aditivo personal, a base de “Glutamato Gallegosódico”, lo convierte en un peligro potencial para la unidad de España.

La triste historia de España con Rajoy no ha hecho más que empezar, pero ya tenemos datos.
¿Y si te contara que la manifestación del 11 de Marzo fue pactada en esa fecha con los Sindicatos para enmudecer las víctimas del terrorismo?. Es más, ¿y si te dijera que la huelga general del 29 de Marzo está pactada con los sindicatos para legitimar su plan económico ante la UE?

Todo el mundo sabe que los sindicatos tenían establecida con anterioridad a su publicación el día de la huelga. Pactado con Rajoy la comunicaron el mismo día que El Tribunal Catalufo publicó la sentencia para poder estudiar en español en Cataluña. La publicación de la huelga corrió un  tupido velo de humo y poco se habló de la vergonzante sentencia de ese tribunal que dejo muy claro que para ser español hay que pedir permiso y pedir perdón.
Argentina tuvo su “corralito” económico, pero con tiempo se sale; de los “corralitos” autonómicos es imposible escapar.
A mi no me sorprende los pactos con el enemigo, pues los políticos no dejan nada al azar. A fecha de hoy no tengo ninguna duda que Rajoy pactó con  Zapatero la hoja de ruta para que ETA esté en las instituciones. Si eso es así, ¿como no va a pactar con los sindicatos que los tiene cogidos por los “huevos” con las subvenciones?
Despierta porque Rajoy no hizo nada, no lo hace y nada va hacer para preservar la unidad de España y el español. ¿O necesitas más pruebas?
Ya lo decía hace años un Catalufo zurdoso: Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer. Toma tu mula, tu hembra, tu arreo… y lárgate.
En Masby, lo que más me gusta de toda esta fiesta nacional son los listillos del PP cuando braman a los cuatro vientos en las redes y en twitter: “subvenciones para los sindicatos, cero”, o “apoyo a las víctimas del terrorismo”.
¿Y por qué no van a su jefe Rajoy y se lo dicen en lugar de berrear como zorras desconsoladas. ¿No es su jefe?… ¡¡serán gili.......!!
Claro que no, todos los del PP no son unos tarugos, pero como dice Rajoy con su gracioso gallego: "haberlos haylos"
España está gobernada por enfermos mentales con un grado de psicopatía. Hemos tenido 8 años a un “Idiota” y ahora nos ha tocado un traidor.
Te dejo esta reflexión para que entiendas un poco el porqué del colapso de España: ¿sabes cuántos gilipollas hacen falta para que se organice un atasco en la carretera?. Solo UNO.
Así lo pienso y así lo cuento.




jueves, 8 de marzo de 2012

Gen anticancerígeno evita obesidad y alarga la vida



Gen anticancerígeno evita obesidad y alarga la vida


Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que uno de los principales genes que protegen contra el cáncer tiene además otros dos efectos positivos en el organismo: aumenta significativamente la longevidad y combate la obesidad

Se trata de un resultado "del todo inesperado", según este grupo de científicos liderados por Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que además han demostrado que un compuesto sintetizado por este equipo de investigación ejerce el mismo efecto beneficioso sobre ratones que el gen analizado.

Los descubrimientos, que, según los científicos, abren nuevas vías a la investigación de terapias no sólo contra el cáncer, sino también contra la obesidad y el envejecimiento, se han hecho en ratones y han sido publicados en la revista Cell Metabolism.

En concreto, los investigadores han constatado que los ratones con copias extra del gen Pten comen más, aunque son más delgados, un fenómeno "insospechado y novedoso".

El hallazgo apoya una hipótesis que cobra cada vez más fuerza: que el cáncer y el envejecimiento, y ahora también la obesidad, son manifestaciones distintas de un mismo fenómeno, más global, que se produce a medida que el organismo acumula en sus tejidos daños que los mecanismos naturales de reparación no logran arreglar, según una nota del CNIO.

Entre estos mecanismos naturales de reparación destacan muy especialmente un grupo de genes identificados en un principio por su potente efecto protector contra el cáncer.

Según explicó Manuel Serrano, se conocen unos 30 genes anticáncer de los que cinco son generales para muchos tipos de tumores (p53, p16, Arf, Rb y Pten).

Su grupo se preguntó si el gen Pten podría relacionarse con efectos beneficiosos adicionales, en concreto la longevidad.

Para ello, el grupo del CNIO creó ratones transgénicos con niveles de la proteína Pten que fueran el doble de lo habitual.

Estos animales se mostraron mucho más resistentes al cáncer que los no transgénicos y además vivieron un 12% más de media, un efecto que es independiente de la resistencia al cáncer.

"Pten tiene un impacto directo sobre la duración de la vida", según los científicos.

La sorpresa, no obstante, apareció cuando se observó que los ratones con doble dosis de Pten son significativamente más delgados (un 28 por ciento de media) y eso a pesar de que comen más.

También, según la investigación, tienen más sensibilidad a la hormona de la insulina (menos riesgo de desarrollar diabetes) y su hígado tolera mucho mejor de lo habitual una dieta rica en grasas.

Los científicos buscaron la explicación en un incremento del gasto energético y hallaron la respuesta en la llamada grasa parda, un tipo de tejido graso que, paradójicamente, favorece que el organismo "queme la energía almacenada en los michelines".

La grasa parda elimina grasa, mientras que la blanca almacena grasa, ha detallado Serrano.

Los investigadores han constatado que Pten activa la grasa parda, lo que explica la delgadez de los ratones con copias extra del gen.

Este fenómeno también lo han logrado reproducir con células de grasa parda cultivadas in vitro.

La principal forma de actuar de Pten es inhibiendo la actividad de la proteína PI3K.

Para comprobar si esa vía es la que usa Pten para actuar sobre la grasa parda, se empleó una molécula sintética producida en el CNIO, que inhibe a la proteína PI3K igual que lo hace Pten.

Los científicos hallaron que también activa la grasa parda, por lo que creen que se abre la posibilidad de que en un futuro un fármaco consiga el mismo efecto que la dosis extra de Pten en ratones.

Es perfectamente realista imaginar a largo plazo una pastilla que refuerce nuestros supresores tumorales o una pastilla que nos haga quemar nutrientes en exceso, según Serrano.

Para Serrano, la de la obesidad es una vía más a explorar y "aunque pasar de estudios en ratón a humanos es un camino lleno de incertidumbres", eso "no debe ser obstáculo para intentarlo".

De momento, el CNIO, según Serrano, está interesado en encontrar empresas farmacéuticas interesadas en el inhibidor PI3K.

Atentamente, J.C.G.

viernes, 2 de marzo de 2012

Protocolo de actuación en caso de agresiones policiales


Protocolo de actuación en caso de que hayas sufrido lesiones en el transcurso de la carga policial
y quieras interponer denuncia contra la policía por las mismas:
Para aquellas personas que hayan sufrido agresiones durante dicha intervención, les recordamos los pasos a seguir en caso de querer denunciar los hechos:

1.  LESIONES
  • Si tienes lesiones:  dirígete al centro de salud más cercano o al hospital para obtener un parte de lesiones en las primeras 24 horas tras la misma (¡Esto es MUY IMPORTANTE!)
  • Tienes derecho a que te den una copia del parte de lesiones
  • Pero antes unos consejos:
a)    Identifica dónde tienes las lesiones para indicárselas al médico/a.
b)   Si es posible hazte fotos de las mismas, pero NO las edites.
  • Una vez en el centro de salud u hospital, atento/a a que en el informe del alta se recojan TODAS las lesiones que tienes y pide amablemente al médico/a , que mencione las dimensiones de las mismas, la localización exacta y características. Igualmente, pídele que evite términos como contusión y mencione lo que ve, que comúnmente se refiere a hematomas (moratones), heridas etc.
  • ¿Y después? En el caso de que, tras la tormenta, te des cuenta que el informe es incompleto, vuelve a ir al médico/a  para volver a que elaboran un informe más fiel a la realidad. A veces los hematomas tardan horas en aparecer si fuera así, vuelve a ir al médico!!
2.  DENUNCIAS
  • Para efectuar una denuncia, se puede o bien acudir a una Comisaría de la policía (poco recomendable si denuncias a la policía) o al Juzgado de Guardia (cada municipio tendrá el suyo, normalmente es el mismo Juzgado de Instrucción con funciones de Guardia):
  • Allí hay unos impresos que te facilitarán para que relates los hechos denunciados. No hay ninguna formalidad. Acude con tu DNI ó pasaporte (importante hacer constar si la dirección de tu DNI o pasaporte no coincide con tu residencia efectiva, a efecto de notificaciones).
  • Se debe incluir lista de testigos, con domicilio donde pudieran ser citados, no hace falta DNI. Es mejor ahora, pero puedes aportarlos más adelante.
  • Respecto de fotos, vídeos, etc., puedes aportarlos (copias) ahora y también después.
  • Debes acompañar también copia del parte de lesiones, para evitar duplicidades de procedimientos, que podría implicar mayores molestias, al duplicar citaciones por un mismo hecho.
  • Si se dispone del número de placa del policía que provocó las lesiones, adjuntarlo en la denuncia, junto con aquellos detalles que permitan identificar a la persona que generó las lesiones (IMPORTANTE!!)
  • Quédate con copia sellada de la denuncia.

Otros documentos que te pueden resultar útiles:
Ante cualquier duda aquí estaremos para resolverla.
Atentamente, J.C.G.